Remedio para todo (pan: todo y akos: remedio)
Desde hace un tiempo las Redes Sociales están en auge. Tanto que a veces se ha perdido el rumbo y muchas empresas se han sumado a la ola, sin tener en cuenta que en el mar del ciberespeacio se necesita tener el cuaderno de bitácora bajo control. No exagero, te llega un amigo, pequeño empresario, preocupado para contarte que le han dicho (no te fíes) que necesita abrirse una cuenta en Facebook, Twitter, Soundcloud, Instagram, Pinterest, Linkedin, Vimeo, Flikr, Youtube, Google + y un largo etcétera. Argumenta que esa es la gran solución que hará que venda más.
Es ahí cuando te das cuenta que el Social Media está de moda. Tanto que suena a leyenda urbana que el dueño, y tu amigo, de un pequeño Colmado especializado en Delicatessen del barrio de Malasaña, tenga ansiedad por montarse perfiles en línea a todo correr. Y lo que es peor aún, a cualquier precio. En este ejemplo exagero un poco, pero sólo en el número de redes que le habían dicho que necesitaba, el resto es tal cual.
La estrategia digital es una parte muy importante dentro de la estrategia de comunicación global de las marcas y hay que cuidarla como se merece si queremos que realmente funcione. Y diría más… si no queremos que sea nuestro peor enemigo en formato de bola de nieve gigantesca, ya que el usuario comparte, dialoga y forma parte de la mismas; es un ser orgánico que cobra vida y no se mantiene como emisor pasivo. Dice lo bueno y lo malo y no se corta.
Más allá de emitir mensajes, las Redes Sociales son una magnífica herramienta para relacionarte con los usuarios. Pero esta oportunidad se ha de afrontar de manera planificada y con las ideas claras. Se trata de no estar en todo, sino de tener como santo y seña qué personalidad o valores arropa tu marca, conocer a tu público y saber en qué redes puedes empatizar o dar un valor añadido. Y dando un paso más allá, ofrecer contenidos oportunos que les satisfagan. Ese es el verdadero reto, superar sus expectativas o como mínimo alcanzarlas. No juguemos a mensajes ramplones para rellenar el timeline. La conexión es fundamental, con sentido del humor, inteligencia, creatividad… pero sobre todo con transparencia, sin vender la moto. Todos cometemos errores por ello, si te equivocas rectifica y no hagas que crezca la bola.
Las Redes Sociales forman parte de un todo y es evidente que apoyan la experiencia de compra y la recomendación. Sin embargo, no son la panacea a los problemas sino un vehículo más para cumplir nuestros objetivos. Y que sumadas a la tecnología te permiten la validez: conocer y medir los deseos y las necesidades del usuario para ser relevantes y entablar una relación de calidad a corto y largo plazo. Piensa en calidad no en cantidad, eso es lo que realmente importa.
Ejemplo 1. Contestar creativamente
Atrápalo lanzó un concurso en Twitter en el que preguntaban a sus seguidores qué serían capaces de hacer para conseguir una cena gratis. Entre todas las respuestas, les llamó la atención una en concreto y decidieron retar al usuario a llevarla a cabo. Un buen ejemplo de cómo una marca puede interactuar y jugar con sus seguidores de una forma diferente a la que estamos acostumbrados.
Ejemplo 2. Creaciones colectivas
Mondelez y sus galletas Oreo, la impresión 3D y Twitter, son un ejemplo claro de cómo una Red Social acoplada con las nuevas tecnologías puede ayudarnos a darle un valor añadido a nuestro producto a través de las opiniones/sugerencias o deseos de los propios usuarios. Mondelez, durante la conferencia de Marzo de 2014 en South by Southwest (ciudad de Austin-EEUU), un evento que reúne a los principales expertos en marketing e influencers online, instaló una máquina que permitía a los usuarios personalizar sus galletas Oreo e incluso cocinarlas en el momento. La máquina conectada a Twitter ofrecía doce opciones diferentes de sabores y de colores para que los clientes pudieran consultar, a través del hashtag #eatthetweet, qué galletas eran trending topic en la red y elegir en función de dicha tendencia.