Es cierto y preocupante. Muchas veces nos llevamos trabajo a casa. Consciente o inconscientemente, los que nos dedicamos a la comunicación y creación de las marcas no podemos desenchufar nuestra cabeza al finalizar la jornada laboral. Es imposible dejar de pensar en cuál será la solución al brief de esta mañana… Y los que crean que lo hacen, no son conscientes de que su cerebro está filtrando en un segundo nivel la información que al día siguiente le dará la respuesta (o casi).
Esto muchas veces puede ser una gran ventaja si sabemos usar nuestras cartas. Imagínate que un obrero pudiera finalizar su jornada, tumbarse en el sofá de su acogedor hogar y, mientras, el edificio en el que está trabajando se fuera construyendo poco a poco. Ladrillo a ladrillo. ¿Maravilloso no?
Pues los publicitarios, marketeros y consultores podemos hacerlo con el branding de nuestras marcas. Porque nuestro trabajo es dar respuesta a retos de marca, y la solución puede estar en cualquier lado: en una exposición, en un libro, en el metro, en una conversación con amigos, en una película…
Y ahora, en la era de Netflix, HBO o AmazonPrime las series también pueden ayudarnos a crear marcas actuales.
Nos pueden inspirar, empujarnos a pensar lateralmente, a saltarnos la reglas para hacer la conexión perfecta para nuestra marca. Quizás es una frase elocuente de Sherlock Holmes lo que desencadena la solución al enigma, querido Watson.
También, las series nos pueden aportar referencias súper interesantes que nos ayuden a construir el universo de nuestra marca. Puede ser Stranger Things, por ejemplo, la que nos ayude a poner todo del revés y dar con una identidad visual y un tratamiento fotográfico no de 10, ¡sino de 11!
Nos pueden aportar insights interesantes. Al final, muchas series que vemos día a día son el fiel reflejo de nuestra sociedad, muchas veces caricaturizado y otras muchas dramatizado. Un gran ejemplo es Master Of None, la serie dirigida y protagonizada por Aziz Ansari, que tratando temas como la madurez, el trabajo o el amor, te puede ayudar a sacarte por la tardes un Master en Todo.
Nos enseñan cómo contar historias. Porque las marcas, como las series, cuentan. Y su éxito reside en que interese lo que cuenten y, sobre todo, que esté bien contado. Nos pueden enseñar a saber dosificar la información, a crear un buen principio y un buen final, y a dejarnos con las ganas de ver el siguiente capítulo. Como en la aclamada House of Cards que ha sabido dotar de una gran historia a algo tan aparentemente rutinario como la política, lo mismo que tendrás que hacer con tu próxima campaña… de comunicación. Make your brand great (again)!
Y también, por qué no, las series nos dan consejos de cómo crear una marca de éxito, como es el caso de Breaking Bad que, a parte de engancharnos durante 5 temporadas, nos enseñó a dar con la fórmula teniendo un buen producto, una buena red de distribución, un buen nombre, una voz de marca memorable y un territorio propio.
Así que ya sabes, si te vuelven a echar en cara tus horas de visionado de maratones de tu serie favorita, recuerda que siempre puedes decir: estoy trabajando.