Aterrizó a raíz de la crisis y llegó para quedarse. Una revolución basada en las personas, la colaboración y la tecnología que abre paso a un nuevo paradigma: la economía colaborativa.
A día de hoy, la economía actual sigue liderada por las grandes empresas que ponen a nuestra disposición un producto o servicio por el cual los consumidores aportamos un valor monetario a cambio. Sin embargo, entre otros booms que han ido ocurriendo en los últimos años como el emprendimiento o el boom digital, aparece este nuevo concepto que provoca un giro en la forma en la que consumimos.
Empiezan a surgir así marcas que hacen a las personas su principal activo. Marcas que unen oferta y demanda entre particulares y cuyo modelo de negocio se basa en la transacción entre, y por, personas gracias a las nuevas tecnologías. Empieza a cobrar así menos importancia el “tener o poseer” y a ganar el “compartir”, y todo ello mientras la rueda sigue girando, las personas seguimos consumiendo y la economía sigue funcionando.
Y oye, aunque a las personas nos cuesta asimilar grandes cambios al principio, parece que nos ha acabado gustando la idea. Veamos algunos ejemplos de marcas que se han sumado y han hecho el consumo colaborativo el centro de su negocio.
- AirBnB se posiciona entre las marcas líderes en este nuevo paradigma. Alquilar casas, apartamentos o incluso caravanas de personas de cualquier parte del mundo y con rangos de precio que van desde 0 a +1000€ la noche, es posible y apto para todos los gustos.
- Wallapop: mercadillos online donde vender o comprar todo tipo de objetos. Una forma de deshacerse de lo que uno ya no necesita, o al contrario, de encontrar lo que uno está buscando a buen precio. Chicfy, Closket o Craigslist, más internacional, se basan en este mismo modelo de negocio.
- DogVacay: para los amantes de los animales, esta es la recompensa perfecta. Trabajar, o bien en tu casa o en casa de otros, a cambio de cuidar de sus peludos.
- Trusted Housesitters: Y de la misma manera, puedes cuidar casas. Mantener la casa limpia y ordenada, cuidar también de sus mascotas y de su jardín… tareas del hogar mientras los propietarios están de vacaciones y donde, a cambio, tu puedes viajar por el mundo y tener alojamiento gratis.
- Couchsurfing: la cosa se pone aún mejor, solo apta para los más aventureros. A cambio de nada, puedes dormir en casa de alguien, un alguien cualquiera y de cualquier parte del mundo. Gente dispuesta a compartir su sofá o un colchón de su casa con algún trota mundos, dispuesto a conocer nuevos lugares y personas.
- Turo: y puestos a compartir nuestras pertenencias, nos quedaba el coche. Alquilar coches de particulares se ha vuelto también una forma económica de viajar. Alquilas el coche de otro particular en el destino que elijas y eres libre de moverte tu a tu manera y crear tu propio road trip. Así funcionan también Avancar o Bluemove.
- Comparto plato: una forma de compartir tu cocina con tus vecinos. Tanto si eres el más cocinillas como si no, puedes cocinar o probar los platos de tus vecinos con el fin de reducir el desperdicio de comida y además conocer gente nueva.
- Kickstarter: por último, la plataforma para hacer tus ideas y proyectos realidad. Pensada para mentes creativas e inquietas, músicos, cineastas, diseñadores y otras disciplinas que necesitan financiación para hacer su proyecto realidad. Una comunidad de “early adopters” y la propia organización de Kickstarter dispuestos a escuchar más sobre tus ideas y ayudarte a llevarlas a cabo.
En definitiva, marcas fuertes globales en un mundo cada vez más interconectado que ofrecen soluciones por y para las personas. Experiencias cada vez más humanas, aunque la tecnología sea el medio, útiles y de calidad, que permiten que las personas conectemos, socialicemos y compartamos formando parte de una comunidad. ¿Os suena a #FriendlyBranding?