En un entorno en el que el consumidor reclama nuevas experiencias de comunicación vinculadas a mecanismos expresivos y culturales distintos e impactantes, el arte es un marco de referencia para muchas marcas.
Sin embargo, la conexión arte y comunicación publicitaria es algo que está más que referenciado desde los orígenes de la cartelería. Así, el Art Nouveau tuvo en la publicidad uno de sus máximos hitos gráficos al abrigo del incipiente desarrollo de una sociedad de consumo de masas. Meunier, Toulouse-Lautrec o Gesmar son algunos artistas que hicieron de la pintura artística un soporte habitual para anunciar productos o espectáculos.
El cartel, además, cuenta con una gran tradición al servicio de la propaganda. Hoy los museos cuelgan carteles de Josep Renau o Carlos Saéz de Tejada. Cartelistas que desarrollaron una gran actividad en disciplinas artísticas como la pintura, la escultura o la fotografía al abrigo de las vanguardias.
En el marco de esta relación arte-comunicación Wharhol elevó a la categoría de arte algunos productos de consumo mientras que Dalí se adentró en la publicidad legándonos campañas de televisión o logotipos.
No osbtante, todo esto tiene una lectura. La publicidad básicamente nació como un arte gráfica y por ello su relación con el arte es una herencia natural.
Como decíamos al principio de este post, en el modelo actual de relación entre las marcas y los consumidores, el arte tiene un papel muy importante que no tenía en los ejemplos anteriormente citados. Ahora el arte inicia un maridaje con la comunicación de las marcas de manera mucho más consciente y con una intencionalidad clara: proporcionar una experiencia diferente al consumidor.
De este modo, desde hace 3 décadas, Absolut Vodka, impulsa la creación artística con su botella como elemento base. Así nació Absolut Art que en la actualidad cuenta con cerca de 800 obras únicas entre botellas, anuncios y otro tipo de piezas. Artistas como Damien Hirst, Mariscal o Dan Wolgers son algunos de los más de 300 artistas que han aportado su visión para elevar la marca al rango de arte icónico del siglo XX.
Coca Cola y Nike son marcas que también han introducido el arte en su ADN con instalaciones a caballo entre el Land-Art, el arte digital, la instalación y la escultura.
La marca de tequila Alacrán, lleva tiempo impulsando su proyecto AlacrART, una plataforma que impulsa la venta de obras realizadas por diferentes artistas en diferentes técnicas sobre sus botellas. Incluso, han realizado colaboraciones con el mundo del teatro incluyendo a la marca y su tequila en la trama de una obra.
Este último punto es el que muchas marcas pueden explorar para desarrollar una personalidad fuerte que les permita diferenciarse de sus competidores e impulsar un branding que despierte el deseo como ocurre con las botellas de Absolut.
Pero, ¿cómo introduzco mi marca en el arte facilitando una experiencia de contacto alejada de lo convencional? En The Mood Project, creemos que existen muchos caminos que explorar que al abrigo de la tecnología, el gaming o la realidad virtual, tengan una conexión con el mundo del arte que permitan a las marcas impulsar nuevos modelos de relación. ¡A echar arte al branding!