Conocer el “estilo de vida” siempre ha sido útil para comprender el comportamiento de los consumidores, y ahora también lo es para comprender el de las marcas. Éstas, movidas por la necesidad de seguir siendo importantes para su público, se ven empujadas a preguntarse cosas como: ¿Quién soy? ¿Qué gustos tengo? ¿Cómo invierto mi tiempo libre? Y no solo eso, sino a actuar en consecuencia. ¿A qué se debe el creciente interés de las marcas por construir y proyectar un lifestyle determinado?
El hecho es que la funcionalidad de los productos está dejando de ser el único factor determinante en las decisiones de compra de los consumidores. A la hora de decantarse por una u otra marca, éstos tienden a valorar más la imagen que la marca les ayudará a proyectar que las propias características de sus productos.
El consumo es una de las principales formas de expresión. Solo hace falta salir a la calle y observar cómo las personas refuerzan o complementan su identidad a través de las marcas que consumen. A raíz de esta idea, son muchas las marcas que han cambiado o están cambiando su posicionamiento, soslayando en cierto modo la comunicación de los atributos funcionales de los productos, para dar cabida a nuevas fórmulas que encajen en el estilo de vida de sus consumidores.
Las marcas están soslayando en cierto modo la comunicación de los atributos funcionales de sus productos para dar cabida a nuevas fórmulas que encajen en el estilo de vida de sus consumidores.
Marcas como Harley Davidson o Ralph Lauren fueron pioneras en este sentido. Ambas destilan un claro estilo de vida que todo el mundo percibe. Siguiendo su estela encontramos Puma o Gilette, por ejemplo, que actualmente están realizando una transición en su enfoque para aproximarse a los estilos de vida de sus consumidores. Todas ellas, tanto las tradicionales como las que están re-dirigiendo sus estrategias, buscan inspirar, guiar y motivar a las personas contribuyendo a complementar o definir su estilo de vida.
Ralph Lauren, Nueva York
Puma, Osaka
Otras firmas han dado un paso más allá creando espacios donde la exposición del producto es circunstancial. Veamos en caso de Moritz. El objetivo principal de su espacio Fàbrica Moritz es ser un punto de encuentro para el público que albergue un amplio abanico de actividades relacionadas con la gastronomía, la cultura, la moda, la arquitectura, nuevas tendencias, etc. Con puntos de venta así, las marcas tienen la oportunidad de, además de presentar su producto de una forma única, ofrecer experiencias que transmitan sus valores, su ADN, sus gustos… en resumen, su estilo de vida a los consumidores.
Fàbrica Moritz Barcelona
En The Mood Project pensamos que hacer tangible un estilo de vida a través de espacios de estas características es una gran oportunidad para las marcas que realmente quieran acercarse a sus consumidores y encajar dentro de sus estilos de vida. Además, es una fórmula liberadora de la competencia feroz que actualmente hay dentro de las categorías de productos. En resumen, las marcas que se atrevan a dar forma a espacios originales que destilen personalidad y estilo propio, dispondrán del contexto idóneo para establecer una conexión con su público mucho más personal, capaz de construir relaciones a largo plazo.