Técnica que divide los distintos públicos según variables como la edad, el género, la ubicación geográfica o los ingresos. Esta segmentación, combinada siempre con el público de marca que nos aporta la capa actitudinal transversal a todos los grupos resultantes, se vuelve realmente útil a la hora de plantear una estrategia de comunicación amplia que permita llegar a las distintas audiencias.