En el siglo XXI el tráfico a las tiendas ha decrecido. Ante esta situación muchas marcas sienten cierto vértigo. Lejos de desanimarnos, en The Mood Project vemos un panorama lleno de posibilidades para los retailers.
La realidad, no obstante, es que nos encontramos ante un escenario peliagudo. Ello se debe a diversas razones: el consumidor nunca había valorado tanto su tiempo, y ahora exige que cada interacción con las marcas sea de valor; la tecnología ofrece ininterrumpidamente una gran cantidad de recursos para informarse o realizar compras sin la necesidad de moverse de casa; además, actualmente la diferenciación casi es una obligación, así como la búsqueda constante de nuevas formas de llevar a cabo un marketing experiencial que sorprenda, emocione e involucre a los consumidores.
Sí, no lo negaremos, vivimos un momento acelerado, donde las relaciones se han vuelto un tanto impersonales. Pero precisamente por las razones anteriores la dimensión de lo local y el contacto directo entre el cliente y la marca continúan siendo las mejores herramientas para construir relaciones de confianza a largo plazo con los consumidores. En este panorama, las Pop Up Stores encajan perfectamente.
Este fenómeno es mucho más que el concepto de tienda temporal, es una nueva forma de acercarse a los consumidores presentando los productos o servicios de forma un tanto impactante o sorpresiva. Con las Pop Up Stores las marcas pueden despertar la curiosidad de los consumidores, saciar su deseo de novedad, acercar el producto o la oferta a un momento concreto de consumo, hacer tangibles sus valores y su personalidad… y todo ello a un precio relativamente asequible.
Además, estos espacios son perfectos para que la marca cuente su historia de forma cercana y real, y genere dialogo con las personas. La finalidad de esta conversación es obtener información de gran valor, bien acerca de los productos, de la experiencia que transmite la marca, o, por qué no, acerca de qué es lo que hace mal y cómo mejorarlo.
“Es una nueva forma de acercarse a los consumidores presentando los productos o servicios de forma un tanto impactante o sorpresiva que cautive y genere diálogo”
El mundo cambia y con él los consumidores, los verdaderos protagonistas que cada día quieren más y mejor. Para las marcas que deseen seguir cerca de ellos, es capital estar atentas a estos cambios y ser capaces de entenderlos. ¡Como vemos, hay fórmulas para conseguirlo! Por eso en The Mood Project pensamos que ya basta de esperar parapetados tras los mostradores de las tiendas. Es el momento de salir a buscar a los consumidores, están ahí afuera, deseosos de que les encontremos con buenas historias.